El cristianismo tiene como referente la vida y predicación de Jesucristo. Conocemos de modo indirecto sus palabras, ya que no escribió personalmente nada y sus doctrinas se escribieron varias décadas después de sus muerte. El cristianismo fue una religión minoritaria durante siglos, aunque muy pronto se dotó de un mensaje universalista, que abría a cualquier persona el camino para ser cristiano.
Un momento fundamental en el cristianismo fue cuando se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano.
La relación de los cristianos con Roma fue muy variable durante los primeros siglos. Hubo periodos de persecución pero también hubo periodos de buena relación con el poder. El acercamiento al poder tuvo un periodo importante durante el siglo IV, bajo el mandato del emperador Constantino. El cristianismo le ofrecía una religión homogénea con un mensaje universalista. El cristianismo convirtió al emperador Constantino en el intermediario entre Dios y sus súbditos. Constantino y los sucesivos gobernantes cristianos administraron la religión por un mecanismo de concilios (reuniones de obispos y gobernantes).
El control de América y África por parte de potencias cristianas hizo que el cristianismo se expandiera hacia otros continentes. A partir del siglo XIX el cristianismo se expande por el resto del mundo.
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